La tarea fundamental del orientador
familiar en los COF impulsados por la Iglesia es promover el perdón y la
reconciliación entre los cónyuges, haciéndose cargo de sus auténticas
necesidades.
Afrontan los problemas familiares desde una visión
integral de la persona, el matrimonio y la familia “entendidos como un todo
interrelacionado y en constante proceso de crecimiento”.
Es una intervención personalizada que se puede
desarrollar en tres ámbitos: prevención, orientación y terapia. Con una visión
integral del matrimonio y de la familia y del contexto en el que viven, desde
la antropología cristiana y el Magisterio de la Iglesia.
El COF debe contar con un equipo multidisciplinar que
se apoyen entre sí: orientadores familiares, acogedores, psicólogos,
trabajadores sociales, médicos, abogados, sacerdotes, …