1.- ¿QUÉ ES? (la identidad del COF)
276. Servicio especializado de
atención integral a los problemas familiares en todas sus dimensiones. Debe
inspirarse y ejercer su actividad desde
la antropología cristiana y la fidelidad al Magisterio y ser reconocido así
por el Obispo de la diócesis.
277. Debe constar de un equipo de profesionales de los distintos
ámbitos que afectan al matrimonio y la familia: orientadores familiares,
psicólogos, pedagogos, trabajadores sociales, sexólogos, médicos, juristas,
moralistas y sacerdotes, etc., dotados de competencia científica actualizada,
de disponibilidad para el trabajo en equipo, y para el método de orientación y
consulta específico del COF. Los profesionales realizarán un trabajo de
asesoramiento, consulta, terapia y prevención a nivel personal, matrimonial y
familiar en situaciones de dificultad o en crisis relacional.
279. Toda pastoral familiar
diocesana contar, como elemento de ayuda a las familias, con un COF propio de
la diócesis, de modo que sea un punto de referencia para la atención pastoral
en la diócesis. Cuando una diócesis sea extensa piénsese en el número
suficiente de sedes y coordínese su
funcionamiento desde la Delegación de Pastoral Familiar. Es un modo necesario
de acercamiento de la Iglesia a las necesidades vitales de las familias
[3][311] . Cualquier matrimonio y familia con problemas tiene que saber a dónde
acudir para encontrar ayuda.
La formación permanente e integral de los especialistas del COF debe
abarcar temas referentes a la antropología cristiana del matrimonio y de la
familia, a los documentos del magisterio de la Iglesia, a la bioética, así como
a la actualización científica en los diversos ámbitos.
2.- ¿PARA QUÉ? (Objetivos)
El trabajo que realizan los COF va
más allá de un servicio especializado de ayuda a la familia. El primer y fundamental servicio que la
Iglesia presta a los esposos cristianos es ayudarles a redescubrir el carácter
sacramental de su unión conyugal, el don del Espíritu que han recibido[34]
para poder vivir, de esta manera, una auténtica «espiritualidad» matrimonial y
familiar. El trabajo de los COF va más allá de una acción preventiva y
terapéutica que busca consolidar una familia estructurada y sana para servir al objetivo de una familia santa y
renovada (eucaristía, penitencia, comunidad, …)
Los ámbitos de intervención serán los problemas matrimoniales,
con particular atención a la vida relacional en los aspectos de comunicación y
diálogo, a la vida sexual, a la regulación de la fertilidad y a la acogida de
la vida; las relaciones familiares, con una atención a todas las fases del
ciclo familiar, a las situaciones irregulares, a los ancianos; la educación de
los adolescentes y jóvenes para la vida y el amor; las actividades de formación
y prevención en el ámbito comunitario y territorial para favorecer una nueva
cultura familiar. También podrá ejercer una función pericial en relación a los
Tribunales eclesiásticos.
La Iglesia ofrece a través del COF su abrazo a los nuevos pobres:
matrimonios en crisis, familias destruidas, padres desnortados, hijos sin
rumbo, mujeres tentadas por el aborto, madres embarazadas con dificultades
económicas...